ONDA EXPANSIVA

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9



  Karl Friedrich Gützlaff. Fue el primer misionero luterano a China, y murió en 1851 en Hong Kong, a los 48 años, destrozado por el desencanto.

Pero el ministerio que él organizó más tarde envió a J. Hudson Taylor, que abrió el interior de China al evangelio. Y los escritos de Gützlaff tocaron a un médico británico, David Livingstone, que más tarde abrió el interior de África al evangelio.

Gützlaff murió con un sentido de fracaso, y sin embargo su obra produjo una onda expansiva que resultó en oleadas de crecimiento misionero en dos continentes.

A veces agitar el agua producirá una onda expansiva que viva más que nosotros. Incluso cuando nos desilusionamos por los resultados visibles, debemos recordar la promesa de Dios, de que si sembramos abundantemente, cosecharemos abundantemente.

La desilusión viene del diablo. Nuestra tarea es seguir andando y trabajando por fe. Si continuamos levantando salpicaduras por todas partes en la obra que Dios nos ha dado sin desanimarnos, haremos unas cuantas olas para Su gloria, y la onda expansiva llegará hasta la misma orilla del cielo.¨

Por Ramón Tovar
Twitter: @gotasdevalor1

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