UN REFLECTOR
"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder" Mateo 5:14
Recuerdo cuando apenas era un jovencito tenía una bicicleta, y salía por las noches para cobrar el dinero de las arepas y naranjas que vendía en el día. La bicicleta tenía un faro al frente pero sólo reflectores en la parte posterior. Muchas veces el barro se pegaba a los reflectores, así que yo tomaba un trapo y agua y limpiaba los reflectores antes de salir por la noche para que el reflector hiciera su trabajo. Una vez que limpiaba el barro o lodo, ese pequeño reflector rojo brillaba brillantemente tan pronto como la luz lo iluminaba desde atrás.
Nosotros debemos ser la luz del mundo, y la única manera en que podemos mejorar nuestra capacidad para ser la luz del mundo es asegurarnos de que el reflector está limpio. Nosotros no podemos manipular el reflector para que produzca más luz porque no hay luz en el reflector. El reflector sólo puede responder a la luz que lo ilumina.
La manera en que llegamos a ser luz que los seres humanos pueden ver es asegurarnos de que nuestro reflector, nuestra vida, ha sido limpiado y está limpio de tal manera que cuando Jesús brilla por nosotros no hay nada que impida que el mundo vea otra cosa que Él.
Apreciad@ amig@ lector, estas verdades se hacen patentes en nuestras vidas cuando damos
entrada en nuestro corazón al Señor Jesucristo mediante una simple oración con fe. Te invito a hacer esta oración:
"Señor Jesús, reconozco y te confieso mis pecados, te pido perdón por cada uno de ellos,
te entrego mi vida y te acepto como mi único y suficiente Salvador, escribe mi nombre en el libro de vida" Amén.
Déjanos saber sobre esta oración que has hecho. Contáctanos! :)
Por Ramón Tovar
Síguemnos en https://www.facebook.com/gotasde.valor
Twitter: @gotasdevalor1
Email: gotasdevalor@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario