LEÑA PARA EL FUEGO
"En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente."
Proverbios 10:19
Cualquiera que ha tenido la experiencia de acampar sabe lo que se requiere para mantener una fogata ardiendo por la noche para mantener alejada la vida salvaje curiosa: ¡una buena provisión de leña! Y cuando es tiempo de levantar el campamento, es obligatorio remover del fuego todo artículo combustible (así como también echar agua y tierra sobre las brasas). El libro de Proverbios hace uso de la misma ilustración con relación al habla.
En Proverbios 26:20 la metáfora es clara: “Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.” Y Proverbios 10:19 dice que mientras más hablamos (mientras más leña echamos al fuego), es más probable que el fuego del pecado arda. Por eso es que Santiago 1:19 dice que debemos ser “tardo para hablar.” Independientemente de lo que tenemos que decir, “El hombre cuerdo encubre su saber” (Proverbios 12:23). Es decir, mientras más hablamos, es más probable que diremos algo ofensivo o dañino.
Las palabras pueden hacer daño, y las palabras pueden sanar. Pídale a Dios que le dé habla que se considera y se pesa por sus resultados antes de hablar; palabras que bendicen y edifican a otros.
Por Ramón Tovar
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